EN REFLEJOS AJENOS NO ENCONTRARÁS TU IMAGEN
Tantas veces nos deparamos con nuestra vida, o mejor, con nuestra propia imagen intentando ver algo que nos pertenezca, o que al menos se parezca a nosotros mismos, y la verdad es que no somos capaces de encontrar lo que de verdad desearíamos ver, ser, o tener.
Con la sociedad de consumo ésta en la que vivimos, es casi (ojo, he dicho: casi) considerado inviable, intentar ser feliz con tus propios recursos, con tus propios pies en el sitio que de verdad lo vieras seguro. ¿Seguro de que? Bueno, podría decir, seguro de no ser llevado a donde no quieras. De no ser llevado a donde no te apeteciera.
Pero, porque vamos tanto a éstos sitios donde no nos apetece y porque sabemos que nos hace daño, y aun así nos empeñamos en seguir, y seguir y seguir…
Bueno, otra vez el tal “señor dueño del capital” está allí con su mano invisible dictándonos reglas en beneficio propio, diciéndonos siempre a través de su poderoso arsenal publicitario, con sus modelos humanos tan perfectos que , según ellos tenemos todos que ser iguales para que no seamos excluidos de esa sociedad de consumo. Y así nos exponen a un plan de espectadores de nuestras propias vidas. Como si fuéramos robots de un puñado de poderosos que se creen ser los dueños además del capital, se auto anuncian como dueños de nuestro comportamiento y nuestro estilo de vida.
Pero una cosa es cierta: se están olvidando esos poderosos capitalistas que nosotros tenemos una masa encefálica pensante. Pero, no nos dejemos olvidar de eso. Somos dueños de nuestras propias vidas, sabemos de verdad lo que nos hace feliz, independiente de las normas del consumismo, que es cada vez más acelerada. Y para ello, sencillamente tenemos que empezar cuestionarnos: ¿ por qué tengo que seguir esos dictamos de estilo vida que me impuso el tal dueño del capital?, ¿Por qué tengo que consumir eso que me dicen ellos que se debe llevar, porque?
Cuando te des la oportunidad de poseer lo que te apetezca de verdad, ya verás que sensación más buena irás sentir (tengas tú poco o mucho dinero), pues tú has sido capaz de decidir tu vida, independientemente de los que te quieran imponer los que se consideran ‘los vendedores del mundo”.
Si empezamos a mirarnos a nosotros mismos, sin dejar reflejarnos en espejos ajenos, seguro que ya tendremos un espacio suficiente para intentar andar y sernos capaces de depararnos con nuestra propia imagen. Ya podrás sentir , lo bello que es ver “el ser humano” en el sentido más amplio de esa palabra. Y esa, es tu imagen.