A mi querida flor
Tengo que encontrar en el universo,
aunque el imposible es la misión,
yo sé que dentro de mi corazón,
con fe no niego la cruz de aquel verso.
Por mucho tiempo lloro en oración,
en lágrimas sinceras que converso...
él murió por mí que soy perverso,
Limpiándome con todo su perdón.
Trajo la salvación al pecador,
que arrepentido clama al Señor,
que ahogue su dolor con paz y amor.
Que Dios bendiga mi querida flor,
Que cure sus heridas, mi Pastor,
Que sea en nuestra vida El profesor.