MISIÓN DE ESCRIBIR
Escribir es decir lo que el alma siente con una intensidad tan implacable y con una verdade tan profunda y brillante, que llega a producir la alegría y la esperanźa en el corazón del lector, semejante la satisfación en la contemplación de un paisaje tomado por la luz del sol al hermoso amanecer o contagiado por la puesta de sol al atardecer. El escritor, el ser por detrás de las mejores observaciones geográficas y psicológicas, teje hilos de sentidos con aquellas palabras cargadas de emoción y de pasiones, formando una totalidad cuyo contenido puede operar transformaciones y explosiones de creatividad. Ningún hombre puede ser más coherente en la expresión de sus sentimientos que el que escribe una poesía o una prosa llena de lirismo. Hay en las líneas de una poesía una fuente abundante de confesiones, recuerdos y de testigos fieles de una vida: fuertes para inspirar al ser a buenas ideas, además de nuevos proyetos de vida y realidades existenciales templadas por vuelos de ensueños.