VIENTO EN LOS PIES
En aquella mañana todos se quedaron asombrados. Nadie sabía explicar cómo aquel niño podía volar y flotar, si alas no las tenía. ¿Escondidas estarían?
Sintieron por la espalda una ráfaga de viento fresco con aroma a flores de Lotos. Pronto fueron testigos de cómo el niño se subió hasta lo más alto de los cerros. Con sus chiquititos pies los movía tocando los pastos verdes y las flores silvestres.
Cuando el aire se adormeció, en dos giros y un movimiento rápido, el niño se puso al centro de un huracán hecho de hojas doradas y palomas blancas. Suavemente el viento, las hojas y los pájaros lo bajaran al suelo.
Siguió caminando como si alguien lo sostuviera por los brazos, pues tan solo esparcía un poco de tierra seca con la puntita de los dedos. Y en un breve instante, otra vez sopló el viento y allá estaba el niño volando y flotando, flotando y volando.
Acostadito en su cama, un niño seguía durmiendo en su habitación. De tanto moverse la frazada destapó sus piececitos. Con sus ojitos cerrados dormía sonriendo.
“¿Que le pasará a este niño, que se duerme tan feliz esta mañana?”
“Es que YO lo vi destapado y no me resistí a soplarle viento fresco. El pequeño tiene muchas cosquillitas en sus pies.”
VENTO NOS PÉS
Naquela manhã todos ficaram admirados. Ninguém sabia explicar como aquele menino podia voar e flutuar se ele não tinha asas. Estariam escondidas?
Sentiram pelas costas uma rajada de vento fresco com aroma de flores de Lótus. Logo foram testemunhas de como o menino subiu até a parte mais alta da montanha. Com seus pés pequenininhos os movimentou tocando a grama verde e as flores silvestres.
Quando o ar se adormeceu, em duas piruetas e um movimento rápido, o menino ficou ao centro de um furacão de folhas douradas e pombas brancas. Suavemente o vento, as folhas e os pássaros o desceram ao chão.
Continuou caminhando como se alguém o segurasse pelos braços, pois somente espalhava um pouco de terra seca com a pontinha dos dedos. E num breve instante, outra vez assoprou o vento e lá estava o menino voando e flutuando, flutuando e voando.
Deitadinho em sua cama, um menino continuava dormindo no seu quarto. De tanto se mexer o cobertor descobriu seus pezinhos. Com seus olhinhos fechados dormia sorrindo.
“O que foi que aconteceu com esse menino que dorme tão feliz esta manhã?”
“É que EU o vi descoberto e não resisti a lhe soprar vento fresco. Essa criança tem muitas coceguinhas nos pés”.