Más allá de los sueños...
Más allá de los sueños...
Guida Linhares
Versión Juan Martín
¿Qué nos quedará
más allá de todos nuestros sueños?
Pasamos una vida
construyendo tantas cosas;
un gran amor,
un lugar bajo el sol.
Formamos una familia,
cuidamos de ella con amor y comedimiento,
multiplicada atención y noches mal dormidas.
Pero vale la pena
cultivar cada instante en nuestra casa colmada,
aunque a veces perezca que nos fatiga.
Hay tanta sonrisa, y la alegría
florece en cada rostro, en cada palabra.
Con el tiempo vamos grabando las páginas
de un libro escrito con lágrimas y sonrisas.
Si el trabajo nos impele hacia fuera,
con energía cumplimos los deberes.
Si hay estudios, lecturas en horas gratas,
a todo se atiende, en el movimiento incesante
de la rueda de la vida que hacia el frente nos proyecta.
Pero los años llegan y también el balance de la vida,
y, tantas veces, el cansancio.
Con todo, ni queremos pensar en parar...,
el nido vacío es ahora demasiado grande
para ubicar un corazón lleno de recuerdos.
Es preciso el frenesí de nuevas sensaciones,
tomar aliento para otros sueños.
Es necesario plantar nuevas simientes,
y comenzar un nuevo jardín.
Aunque el jardinero ya no sea el mismo,
y prefiera perezosamente columpiarse en la hamaca,
en las frescas tardes de otoño,
muerto de añoranza de las primaveras pasadas.
Aun así es preciso que despierte...,
al final aún conserva, de la vida, el soplo
que lo mantiene en pie y de ojos abiertos.
Que jamás desanime y baje la mirada hacia el suelo;
necesita buscar la línea del horizonte y volver a soñar.
Aún necesita plantar, cuidar y esperar pacientemente
que las flores del campo surjan coloridas y alegres,
para seducir a otros tantos mirares.
Al final, la gran misión
de irradiar amor y alegría a los demás,
está más allá de los sueños de cada uno de nosotros...
Santos/SP - 29/09/07
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Além dos sonhos....
Guida Linhares
O que nos restará,
além de todos os nossos sonhos?
Passamos uma vida,
construindo tantas coisas,
um grande amor,
um lugar ao sol, um lar doce lar.
Formamos família,
cuidamos com amor e limites,
atenção desdobrada, noites mal dormidas.
Mas vale tanto a pena,
curtir cada instante de casa cheia,
mesmo que às vezes pareça cansativo.
Há tanto riso e a alegria
se desvela em cada rosto, em cada palavra.
No tempo, vamos marcando as páginas
de um livro escrito com lágrimas e sorrisos.
Se a profissão nos chama lá fora,
com energia cumprimos as tarefas.
Se há estudos, leituras em boa hora,
a tudo se atende, no movimento incessante,
da roda da vida, que nos impele para frente.
Mas os anos chegam e também o balanço da vida,
e tantas vezes o cansaço.
Contudo nem queremos pensar em parar..
o ninho vazio ficou enorme demais,
para caber um coração cheio de lembranças.
É preciso o embriagar de novas sensações,
tomar o fôlego para outros sonhares.
É preciso plantar novas sementes,
começando um novo canteiro.
Ainda que o jardineiro já não seja o mesmo,
e prefira preguiçosamente se balançar na rede,
nas frescas tardes de outono,
morto de saudades das antigas primaveras,
mesmo assim é preciso que desperte...
afinal ainda contém da vida, o sopro
que o mantém de pé e olhos abertos;
Que jamais desanime e baixe o olhar para o chão.
Precisa buscar a linha do horizonte e voltar a sonhar.
Ainda precisa plantar, cuidar e esperar pacientemente,
as flores do campo surgirem coloridas e alegres,
para encantar a outros tantos olhares.
Afinal a grande missão,
de espalhar amor e alegria aos outros,
está além dos sonhos de cada um de nós...
Santos/SP - 29/09/07
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