Pesadilla

Y de entre el pasto largo

que demoraba mi cansado paso

apareció la huella de asfalto

dura y llena de bulliciosa gente.

Procesiones de mentes vagas

desfilan sin rumbo fijo

junto a los padres, los hijos,

juntos hermanos y hermanas.

Y de entre ellos me descuelgo

sin encontrar la salida.

Me veo dentro de un templo

sin comprender lo que hacía.

Largas columnas se alzan

hacia un oscuro infinito.

Y a un Dios tendido veneran

los que allí ruegan.

Yo grito: álzate Dios y despierta!

“¿No ves que la gente te espera?"

Y una lágrima se descorre

por su mejilla de piedra.

Los niños no entienden nada

y veo en sus manos, estrellas;

y entre sus dedos, serpientes;

que juguetean con ellas.

Las madres no dicen nada

y esperan con fe un milagro.

Mas, por sí mismas nada hacen

y esperan que el Dios se levante.

Me escapo y salgo del templo

cruzo la huella de asfalto

voy a tenderme en la hierba

que demoraba mis pasos.