La batalla.

A lucha dejó doliendome el cuerpo,

envolvió mi voluntad,

fué feroz ver as forzas traicionarnos,

somos un pozo de abismos

tan indignos,

que por mi ni pudiera de novo olhar mi Salvador,

ele me envuelve con sus brasos tiernamente,

sabe cuan indigna soy.

De donde llegan estas palabras

que me devuelven el aliento?

me devuelve el fólego...

de donde me dicestes:Si tu conciencia te acusa

Yo Soy mayor que tu conciencia,

aún me invocarás,

Beberás de meu espíritu.

Mi corazón recordó:

El Señor levanta los caidos,

no es que yo no caiga

es que tu siempre me levantas,

Señor es bueno detenerse y descansar en tus brasos,

Señor me perdona, me perdona

Senõr Jesus

Oh Señor

lizth
Enviado por lizth em 21/08/2009
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