El granito de arroz - poesía en español
Estábamos a almorzar,
el uno delante del otro.
Cambiábamos palabras, miradas, sonrisas…
Hablábamos en dos o tres lenguas,
y todas eran una sola.
En la boca carnosa, sobre la lengua, tenía un granito de arroz,
Chiquito, blanquecino, poderoso.
Cuántos hubiéramos dado la vida por estar en su plaza
El granito, contento de la vida, bailaba de un lado a otro de su lengua
Mientras ella seguía con su charla alegre e inocente.
El granito me miraba y sonreía, seguro de que,
en algunos instantes, llegaría a lo interior de su cuerpo;
muy pronto se convertiría en su sangre, su corazón, su cerebro, su alma,
¡Qué sé yo!
Lo único que sé es que le tenía envidia a aquel granito de arroz...