NAVEGANDO
NAVEGANDO
Existe el camino del bien,
aquel lugar que en mis
delirios deseo llegar y
con tu ayuda conquistar.
Desde arriba observo como
la brújula de tu cuerpo me
indica cómo debo llegar al
puerto seguro y aparcar.
Sin desvio ni parada voy
navegando para encontrar
el final, donde me mojaré
entre olas y turbulencias.
Mojado propongo salir y
tomando el aire volverme
fuerte, de nuevo, pues la
misión no acaba al entrar.
Nuevamente pretendo ir
con mi barco mar adentro,
seguro que con el camino
abierto sólo queda navegar.
Navegar es preciso, dijo
Pessoa, mal supo de mares
donde es preciso navegar,
quiera el capitán o no.