ENCADENADA

Imaginando que venías a mí

desperté después de pesadilla,

fue terrible ver, en mi triste sueño,

como te ibas de entre mis brazos

para tirarte en un precipicio,

sin fondo ni luz capaz de hacerte

salir de ese estado de alienación

que te condujo a esa infeliz decisión.

Las flores que llevaba para ti, una rosa roja,

una rosada y otra blanca, símbolos del amor

en sus diferentes etapas no podrás tenerlas, cuánta tristeza!

Las escogí para ti con mucho amor,

pensando las horas que dediqué a tu amor

y en los años que esperaste mi atención.

Vivo, ahora, esperando que salgas del hueco,

abandonando esa perfidia, florecida, y florecida, lúcida y sonriente, entonces, más allá de la locura y de los tiempos

te amaré, de aquella manera salvaje y desenfrenada,

que gusté de amarte, para más una vez

consumir hasta la última gota de tu aliento,

así sin fuerzas no pensarás nuevamente

en salir nunca más, jamás, de mi prisión

donde permanecerás encadenada

a las cuerdas de mi amor.

Libro: Flores (e-book)