Rosario - Caio Lucas

Soy el rosario que tus dedos desgranan,

los rezos que pasan entre tus labios,

crueles, deliciosos como miel de naranjo.

Soy el décimo tercero Apósto de tu mesa,

los parámentos que de oro nada tienen,

el dorado que el sol fuerte quemó la tarde.

Soy la misericordia de tus pocos pecados,

el texto de los libros que jamás leo,

aquellos otros tantos deseos obscenos.

Soy el hábito, el aliento, el atajo,

el callejón que sigue entre altares esplendorosos,

como el placer que camina lento tu desnudo.

Soy la campana que toca en tu torre al anochecer,

el sonido que viene de la boca con el beso al amanecer,

el barullo estridente y el estremecimiento repentino.

Soy la capilla, el altar, el rosario,

el amor que te tiene y enloquece,

soy el entrepiso, la música del coro, la plegaria.

Soy el amor que el pecado te propone,

el infierno o el cielo que ofrece,

la vida y muerte en comunión con dioses.