Un trecho de ERVAIS O OURO VERDE...
El baile continuo
madrugada dentro,
su vitalidad
era contagiante
en un determinado momento
pedí que parásemos
pues mis huesos
estaban pidiendo socorro...
Salimos
para la terraza
y la noche
nos recibió
con su frescor
y nos trajo
nuevas fuerzas...
El aire maravilloso
de estas tierras
acogía mis deseos
más íntimos...
Después de un
momento de duda
tomé coraje
y dije...
Me gustaría
que me escuchases
con mucha atención
todo lo que mi corazón
quiere decirte.
Me fascinas
mi cuerpo
y mi piel
claman por tí
es como
un fuego arrasador
que quema todo...
Sé
que puedes asustarte
con tanta vulupia
pero no puedo contener
la pasión
que toma
cuenta de mí.
Me detuve
por un momento
esperando
alguna reclamación
la miré
profundamente
a los ojos
y fui diciendo...
Te quiero
como mi esposa
como mi mujer
madre de mis hijos...
Nunca en mi vida
las palabras brotaron
con tanta facilidad
de mis labios...
Ella escuchaba
con atención y cariño
lo notaba en sus ojos
que no paraban de mirarme
por un instante
ella cerro los ojos
en ese instante
mi corazón
paró de latir...
Estaba apresuradándome
su juventud
sin malicia
inocente...
¡Mi Dios!
Estaba atropellándola
pero la deseaba tanto...
Luego al abrir
sus ojos azules
respondió melodiosamente...
¡Yo tanbién te amo Juan Pablo!
Después
de aquella declaración
todo era posible
mi felicidad
estaba garantizado...
Aquellas
palabras ecoaban
en mis oídos
bellas melodías
por un momento
su pequeña figura
tomó un tamaño mayor
seus piescitos
se elevaron
ofreciéndome sus labios
rosados y húmedos
los besé con pasión
sugando el néctar de miel
de aquella boca virgen
que me enloquecía
que me hacía delirar
como nunca antes
había ocurrido conmigo...
Después de esa
locura de amor
de la magia
de la noche
y el deseo loco
de tenerla
en mis brazos
no podía esperar más
para que ella fuese mía...
Trecho de mi tercera obra literaria en portugués de "ERVAIS O OURO VERDE"
Jueves, 14 de abril de 2011.
EL maestro Ricardo.