Ventanas abiertas

Por las calles torcidas, por donde me llevan los pies

Y donde los pies pasan presionados ante la acera,

Cuando la arena rocía mis tobillos,

Acuerdo de ti

Como cuando las serpentinas tremblan y iluminan mis ojos,

Como los ojos, como agua de mayo, reflejan tus ojos,

Y como los anteojos, chispeantes, me esconden,

Y lo hacien a llorar

Acuerdo de ti,

En el entierro, o en la sonrisa

Desde la muerte, por la eternidad, hasta la muerte

Habré acuerdado de ti, siempre

Cuando las hojas de las árboles caducaren, en el otoño,

O cuando los vientos susurraren en mis orejas, en la primavera,

O cuando las abejas se multiplicaren, en el verano,

O cuando la nieve, blanca y blanca, en el invierno,

Cubrirme, como una manta y sofocarme

(fingindo calentarme)

Acuerdaré de ti, de rodillas, rezando para los cielos,

Y tus lamentos soplando con la brisa

Acuerdaré de ti, sin dudas

Pero tu memoria se borrará

Y se empañará,

Despacio.

Y más,

Oiré tu lloro,

Oiré tu clamor,

Oiré tu soledad,

Dondequiera que yo esté,

Pero ya habré cruzado tantos arroyos

De lágrimas y sangre

Y tantas montañas,

De oro fundido,

Que no volveré.

Sé que tu dolor duele en mi también

Y tu vacuidad mi torna vacio

Pero no volveré, y, así, no viverás

Y no viverás, y, así, no viveré...

Naciste sola, y sola morirás

Nací lejos, moriré lejano.

Joao L Terrezo
Enviado por Joao L Terrezo em 06/05/2010
Código do texto: T2241458