Mujer paraguaya
Las flores del Paraguay
son las mozas más bonitas,
por dentro y por fuera. No hay
ni cruz ni agua bendita
que puedan exorcizarme
del hechizo que me dejan
cuando sus ojos vivaces
me hipnotizan y embelesan.
Oh, mujer paraguaya linda!
provócame con tu danza,
excítame con tus líneas!
Ninguna palabra alcanza
a describir tu hermosura
Y cuando la lluvia moja
tus pechos turgentes miran
para el frente y se me antoja
ser toalla en tu regazo.
Qué sensuales tus palabras!
qué encantadoras tus formas!
con tus cabellos adornas
las calles y vistes plazas
de belleza exhuberante.
Tu aroma vivo perfuma
el aire, como una espuma,
de suavidad embriagante.
Bellas flores paraguayas,
calientes y seductoras,
no me parece que hayan
más fuertes inspiradoras
de pasión, de amor y amantes
que superen tus encantos
y esa tu magia hechicera.
Por eso ahora quisiera
homenajear, con mis letras,
pues su corazón penetra
como una flecha certera
en mi alma enamorada
que se rinde ante la gracia
de tu sonrisa lasciva.
Por eso es que, mientras viva
sucumbiré a tus hechizos,
moriré de amor de noche
renaciendo de mañana,
cuando, al pie de tu ventana,
tu belleza desabroche
el nacer de un nuevo día
y me funda, de alegría,
en tu lago de pasión.