Un día de trabajo
A cada nuevo día necesitamos nuevamente despertar,
Es la responsabilidad qué llámanos para ir trabajar.
En nuestra casa, todos los detalles empezamos a preparar,
Esperando un buen día, en que todo de bueno ocurrirá.
Al salir de casa quizá pueda haber la primera decepción:
El transporte no viene, el tránsito parado, Dios mío, ¡cuánta emoción!
Aquel trayecto que podría ser utilizado para buenos pensamientos,
Es utilizado al revés, generando stress y descontentamiento.
Después de algún tiempo de dificultad, al trabajo es posible llegar,
Tentamos mantener la calma y la disposición, para un buen clima generar.
A veces en pocos minutos la rutina diaria viene para acompañar:
Personas pidiendo algo, correos, reuniones y o teléfono no para de llamar.
Las solicitaciones van surgiendo y con inteligencia es necesario se programar.
Es llegada la hora del almuerzo, una pausa para un poco descansar,
Aquél momento que debemos relajar, pero ni siempre eso ocurrirá.
Muchas veces hay tantas cosas pendientes que deben ser hechas,
Dejamos el descanso de lado, para que las necesidades sean satisfechas.
Las horas pasa y el horario del expediente llega a su final,
Algunos piensan: no puedo ir ahora, quedaré hasta más tarde, eso es mi normal.
Sin embargo, hay otros que para sus casas pueden regresar,
Volviendo para su ambiente de felicidad, su ambiente familiar.
Dónde nuevamente podrán parar e más un poco descansar,
Pues mañana nuevamente la responsabilidad a todos llamará.