LA BALANZA, EL CORAZÓN Y LAS ROSAS

Pende el fiel

Mi corazón pesado

En el plato de la balanza

Quiebra el piso del tribunal.

Condenado, indiscutiblemente

Condenado por el acto de amarte

Cumpliré con alegría mi hado

Soy reo confieso del amor mayor.

Salgo del tribunal al revés de esposado, compartiendo

Rosas, pues soy un enamorado incorregible,

Poeta de los pares, inconmensurable y no cotejado

Por balanzas de oro material, frio y impersonal.

Solamente las rosas pueden jugarme

Con exactitud y dignidad, pues solamente,

Y tan solamente ellas saben del amor

Que solemnemente cargo en mi corazón.