un mar
había un mar que un día
olvidado de sus tareas de huracanes y furia
templada su fuerza bajo un sol sereno
llegó salino a tus pies
para luego retirarse
y aunque no sea de dios ni uno solo de sus atributos
me queda silente la pregunta
cuando te veo dormir tostando tu piel
mientras el mundo gira
no será una embajada de los dioses
que te dará sus armas y algún canto
será un día trivial
en que imaginarás tu mar
y tu navío
Carlos Alberto Roldán