Gigantes son
esos de ahí
que simulan sus aspas regulares
y que hacen como que el viento sucediera
esos que murmuran su madera
chirrian su hierro y elevan el polvo
que blanquecino turba
y esconde
esos que me saben en sempiterna vela
y mascullan y ronronean y
como si no hubiera más que labrantíos
miran que pase el rocín viejo
con esta sombra desganada a cuestas
hube una lanza un día
una lanza como un sueño en el aire
la pude vertical sobre este siempre erguida
la hice de trigo y resplandor
de canto en yermo
de sentido del viaje y más allá
de secreto y disparo
de alforja y vino y centeno y regocijo
cuando salí al camino
bajo el sol que reúne el vasto mundo
hay un gigante solapado que sonríe:
quijano no está más
y lo han vencido
unas costumbres de cuerdos que sonríen
cuando es que pasa un loco
Carlos Alberto Roldán