ardiendo
qué sabrá de decir
el que ardiendo en alma y seso quiebra
los límites debidos
allí todos los locos
se sientan y aconsejan
sobrios y hasta lúcidos
el que mató de amor recita
las leyes y repite
cantinelas que el viento ya ni lleva
con qué palabras qué rebuznos cuáles ruidos
de huesos o gritos de su esperma
pondrá en la métrica obligada
la voz que nunca dicha
le alborota su nada
y desenfunda
desdígame la lengua
en entresueño feroz me fatigue el olvido
y ya no hable por mí
que en un ribazo dibuje el pensamiento
lo que dice sin querer
si voy ardiendo
Carlos Alberto Roldán