GUITARRA/GUITARRA (bilingue)

(in memoriam de Cecília Meireles)

No ponteio triste a solidão dos deuses,

quase lamento

– dibujos de soledad

y se murieron los condenados –

O vento ficou mais frio

suspiro da natureza

pra que sejamos mais criaturas.

Ponteio da guitarra, ponte e silhueta

entre o que sou e o que penso

e o inatingível nada;

somente a eterna arte

que nos faz tão puros

e mais solitários

em nossa aflição.

II

Silêncio da platéia

e a voz do cantor

para a alegoria

de meus desejos de sangue

– ausências são paridas

com gosto de vida e sal –

Corpo tomado de susto

transido de azul o ancestral,

é o medo que me acha os pelos.

A descoberta de minha mão

grafando o branco

é esta luz

subterrânea e fugidia

como a última nota

que sai

feito um lamento.

III

Saltitam as notas na guitarra

qual um brinquedo

que me conduz

aos jardins do Éden.

Pequeno subúrbio de soledade,

onde ficam os meus sonhos?

Nos confins do mergulho

há confluência entre os espaços

em que piso e salto.

Brasa nos olhos, sei de nós

feito um arpejo que se perdeu no éter.

E o que sei é muito pouco

pra viver feito peixe

rito de viver, boca presa.

IV

Pulsa o coração o limite

que me rodeia, saltimbanco

de mil passeios.

Canto o amor que é sem limites,

que me povoa, perambula

nas estepes dos olhos

entediado

feito um fado de saudade

fato precioso

para encobrir o tédio.

Já não tenho nos braços

essa ânsia de enlaçar-te,

mas não morre o desejo

de abrir-me aos abraços.

Dos braços em cruz fica o gesto.

– Do livro POETAS BRASILEIROS. Porto Alegre: Sul-Americana, Coleção Poetas Latino-Americanos, vol. 01, port./esp., 1992, p. 89:94.

GUITARRA

Joaquim Moncks

(in memoriam de Cecilia Meireles)

En el punteo triste y ermitaño de los dioses,

casi lamento

– dibujos de soledad

y se murieron los condenados –

El viento quedó más frio

suspiro de la naturaleza

para que seamos más criaturas.

Punteo de la guitarra, puente y silueta

entre lo que soy y lo que pienso

y la intangible nada;

solo el arte eterno

que nos vuelve tan puros

y más solitários

en nuestra aflicción.

II

Silencio de la platea

y la voz del cantor

para la alegoría

de mis dibujos de sangre

– son paridas ausencias

con gusto de vida y sal –

Cuerpo tomado de susto

transido de azul lo ancestral

y el miedo que me heriza los pelos.

El descubrimiento de mi mano

signo el blanco

es esta luz

subterránea y fugitiva

como la última nota

que sale

hecho um lamento.

III

Saltican las notas en la guitarra

tal cual um juguete

que me conduce

a los jardines del Edén.

Pequeño suburbio de soledad

¿donde se encuentran mis sueños?

En los confines de la zambullida

existe confluencia entre los espacios

que piso y salto.

Brasa em los ojos, sé de nosotros

hecho un arpegio que se perdió em el éter.

Y o que sé es muy poco

para vivir hecho pez

rito de vivir, boca presa.

IV

Pulsa el corazón el límite

que me rodea, saltimbanco

de mil paseos.

Canto al amor que es sin límites

que me puebla, sin rumbo

en las estepas de los ojos

hastiado

hecho un fado de nostalgia

traje precioso

para cubrir el tedio.

Ya no tengo en los brazos

esa ansia de enlazarte

mas no muere el deseo

de abrirme a los abrazos.

De los brazos en cruz resta el gesto.

Traducción: Washington Gularte, poeta uruguaio, 1992.

– Del libro POETAS BRASILEÑOS. Puerto Alegre: Sudamericana, Colección Poetas Latinoamericanos, vol. 01, port./esp., 1992, p. 89:94.

http://www.recantodasletras.com.br/poesias/2106491