ANTESALA DE LA MUERTE: APOLOGIA A UN TORO

Quem já teve a oportunidade de ver uma “corrida de touros”, o que chamamos no Brasil de tourada, poderá entender o que descrevo aqui. Em cada corrida de touros são mortos seis touros, isto numa só tarde. É a coisa mais bestialmente emocionante que alguém pode assistir. O touro quando sai "a la plaza", à arena, já tem o seu destino definido. Mesmo que o touro mate o toureiro, sairão outros que fazem parte do grupo do toureiro principal (na Espanha chamam de quadrilha, nome, aliás, muito adequado) para matar o touro. A angústia do animal quando ele sai à arena está escrita nos seus olhos e nos seus gritos de pavor ao ver a multidão acenando e a orquestra tocando. Creio que nunca vi nenhuma homenagem a este mártir da cultura espanhola. Por isso, dediquei este poema ao touro de lídia, como é chamado o touro de touradas, um animal muito mais nobre do que o homem, pelo menos aqueles que o matam por prazer e esporte. Dediquei aos seus possíveis sentimentos na noite anterior ao seu martírio.

La noche pasada no he dormido.

Mi sueño era rojo

Estaba manchado de rojo

Y olía a sangre fresco

Recién salido de las venas

Yo podía sentir su calor

Que contrastaba con el frío del metal.

Yo no conseguía dormir.

Mis compañeros me animaban,

Otros, contodo, se reían de mí

Diciéndome que mi día era llegado.

Yo pensaba en la gente,

Yo escuchaba sus gritos,

Mientras tanto, yo temblaba

Nadando en mi propio sudor, oliendo a sangre crudo

Era casi mañana,

Yo podía escuchar los ruidos,

Los gritos de alegría

Cuando todos me veían listo a morir

Unos compañeros me convencían:

Yo debería sacar ventajas y matar mi enemigo,

Sin embargo, yo no tengo enemigo

Huyó mi apetito

Huyó mi sueño

Estaban a punto de huir mis esperanzas

Cuando, ya casi mañana

La luz del sol trajo un brillo

Para mi negra noche de primavera

Yo debería levantarme

Y, como un valiente

Destruir mi presunto enemigo

Con todo, pensé yo,

Se levantarán otros y me matarán.

Aunque yo mate a cuatro

Se levantarán cinco,

Aunque yo mate a seis

Siete se levantarán

Triste noche,

Miserable mañana de primavera

Como un cobarde, miedoso,

Puedo acostarme y decir:

No lucho.

Pero, cuando vuelva a mi casa

¿Qué pensarán de mí mis amigos?

Seré vil

Desechado de todos

Así que, por el destino conducido,

Decidí noblemente

Enfrentarme a mi supuesto enemigo

Levantaré la cabeza

Me haré de entendido

Trabajaré en mi oficio, con honradez

Lucharé como un bravo guerrero

Yo pareceré el más noble de los nobles

Y, por fin,

Me dejaré matar noblemente

Y haré que mi enemigo piense

Que la fuerza es suya

Le daré mi propia gloria

Agonizaré lentamente

Deglutiré mi propia sangre

Y comeré mi dolor

Con todo eso,

Llevaré conmigo un orgullo:

Lo de hacer feliz a mi mayor enemigo

Él, al final triunfará

Y con mis orejas agarradas en sus manos

Se alegrará.

Y, en el hombro de otro irracional compañero

Cruzará la Puerta Grande

(Espanha, 15.03.2000)

djalma marques
Enviado por djalma marques em 21/03/2006
Reeditado em 24/09/2010
Código do texto: T126157
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