La luna y yo
Yo le conté a la Luna
mis penas y mis anhelos,
si de todos me fugaba en sombras,
a ella revelé mis secretos.
Yo, a la Luna, supliqué en rezos...
que la noche no fuera tan larga
y si así insistiese en ser,
que al menos el soplo del viento
fuese suave hacia mi piel.
Yo, a la Luna, dediqué mis párpados,
ella, como una madre celosa,
mandó que el viento destapara el cielo,
astros y estrellas se asomaron
a alumbrar mis tristes versos.
Yo agraciada, quise a la Luna
regalar mi más dulce poesía,
y ella me dejó dormida,
bajo los rayos de la mañana,
coronada de rocío.