En el norteño desierto de Atacama
La tierra pega fuego
El fuego de la tierra
Es apagado con las estrellas en el cielo
La tierra quema
Por dentro y por fuera
Por el sol y el magma
En mares de volcanes, salares, valles y montañas
La tierra quema el cobre
El cobre quema el hombre
El hombre se quema
En el mar de cobre de Chuquicamata
Un mar de camélidos
Navega sin rumbo ni dirección
En mares de desiertos poco navegados
En busca de un mar de paja brava
La corriente fría de Humboldt
Enfría la temperatura del agua
Calienta la actividad pesquera
Hace florecer y fructificar los pescados
En el valle central
La tierra florece y fructifica
Mares de frutas
Surgen en los mares de valles y montañas
Un mar de vids
Florecen y fructifican en el mar de tierra templada
En un mar de vinícolas
Produciendo un mar de vinos
Un mar de duraznos y manzanas
Un mar de ciruelas y cerezas
Un mar de peras y paltas
Frutifican en un mar de tierra fértil
Un mar de palabras y sentimientos
Florecen y fructifican
En Chascona, Sebastiana, Isla Negra y La Serena
En la sensibilidad indomable de Pablo Neruda y Gabriela Mistral
Un mar de lagos
Un mar de bosques
Un mar de volcanes
Florecen y fructifican en la Patagonia
En el sur patagónico
La tierra congela
El hielo de la tierra
Es calentado por el espíritu de los Mapuches
Chile, mar de flores y frutos
Pintado de azul, rojo y blanco
Que quema en el Atacama
Que congela en la Patagonia