III -PÁJAROS
Con los pájaros cantando, me encanto
todos los días al despertar,
y con ellos aprendo
que siempre debemos cantar.
Todo atardecer los veo revolotear,
hasta donde mis ojos ya no pueden mirar;
son tantos que me alegran
que quisiera también trinar.
Cuando cae la noche
el cántico se calma,
y escucho latir en mi pecho
el sonido del alma.
Hay unos que viven oscuros
con sus píos extraños,
siente escalofrío mi cuerpo
pero al pensar que son tan bellos
me vuelvo a dormir.
Siente así paz mi corazón,
sé que nunca debería llorar
y al sentir esa fuerte emoción,
pienso que como los pájaros
también puedo volar.