EN UNA TIERRA ESTRAÑA
Vivo en una tierra extraña,
Una tierra llena de tanta gente
Inalcanzable y incomunicable
Que ya intenté con más fuerza acercarme.
¿Es posible romper las líneas divisorias
Que separan a los hombres
Cuando casi todos duermen
En una agitación desenfrenada?
Vivo un sueño a más para no morir
En las tenieblas de las desilusiones
En eses días tan oscuros
Poblados de miradas vacias.
Vivo una peregrinación casi interminable
En ese desierto cuyas olas extremas
De frío y calor son indiferentes
A un corazón sensible y oceánico.
Vivo mis mejores alegrias y divagaciones
En los cielos cenizas de una ciudad grande
Para sentir el gusto de nuevas emociones
Y el sabor de las dulces passiones.
Hay días floridos que encuentro ganas para luchar...
Al despertar en sueños hermosos, empiezo
A perseverar con más fuerzas y sin temores
Para alcanzar un nuevo aliento de vida.
Soy un estranjero que, en ese exilio,
Ya no habla la lengua
De la mayoría de los hombres
En sus preocupaciones más frívolas.
Mis bellas alegrías y mis profundos amores
¡Son tan intensos en mi corazón!
En un último sorbo de vino, siento
La soledad en mis largos entusiasmos.
Así es como tengo levantado
Mis cimientos de esperanza
En esta tierra extraña que está llena
De tanta gente inaccesible y incomunicable.