al otro lado del oceano
quisera vivir en los años veinte
y sentir el pasar de los carruajes
por la plaza municipal
fumar en algun cafe donde me de la tarde
y escuchar las risas de las niñas en el salon
quisiera por las noches salir a buscar las estrellas
solitarias en tu mirada perdida de tantas olvidadas
primaveras con olor a madruga
mientras escuchamos el canto
de la soledad del gorrion
llegan los dias de trueno