El silencio
No puedo dejar de pensar en el humo del cigarro topacio azul derramado en Atenas y en Roma
con suave aroma mediterránea caminas en la brisa del mar buscando el manto de la luz de una mañana
reflejo de agua son los ojos de la sirena andante espartana la que se busca y nunca se encuentra bajo el sol
el vino de ayer nos hizo bien beberlo hoy bajo el olivar del atardecer del momento oculto de la tarde
por la sierra de aceituna las hojas caen como agua empando de amarillo los montes de la campiña
regreso a las noches frias de la soledad sin dejar de pensar Atenas y en Roma
el humo del cigarrillo topacio azul con suave aroma mediterranea camina como el manto de la luz de una mañana dentro de los ojos que se buscan y nunca se encuentran