Cuando Desperté.
Cuando desperté me encontré con un cielo despejado, porque las nubes negras ya se habían disipado del cielo en mi mente.
Vi a través de la ventana de mi alma el mar en calma, porque no había más olas de angustia.
Mis pies estaban tan firmes como una estaca entre un piso más rentable, porque ya no estaba pisando los pies falsos.
Mi corazón ya no ardía, mucho menos, sentí escalofríos por las aflicciones, porque fue trasplantado.
Era un nuevo ser, porque era más maduro y calibrado.
Porque fue un ser renovado por Dios!
Renato Fernandes Marques
@escritorrfm