Cuando la palabra más amable y dulce pronunciada de quien amamos o de un amigo no tuviese el poder de consolarnos, cuando la música romántica no consiguiera emocionarnos, tanto como las payasadas de un payaço no nos hiciera reir, cuanto como una sonrisa de una criatura no llegara a nuestro corazón, y cuando el llanto de ella no nos sensibilizara, es el momento en que tenemos que conversar com Dios. Elias Torres