Las personas ansiosas no deben mirar la extensión de una escalera y si para cada uno de los escalones. Para terminar la caminata tenemos que empezar por el primer escalón y no querer llegar luego al último; ¡eso es imposible! Sólo si pudiésemos volar. Todos nuestros proyectos y sus objetivos son como esa escalera, por lo tanto, tenemos que empezar a subirla a partir del primer escalón. Ahora, cuéntame un secreto, ¿tú sabes volar? Yo creo que cuando comiences a afligirte con cada escalón, tú estarás aprendiendo a volar.