Teressa

Teressa adormece cansada de juegos

y toda la casa adormece con ella.

Yá puso en la sala algodones de nubes

y adornó el oscuro con luces del cielo.

Todo al rededor alcanzan sus dedos

pequeños y blancos, cuando ella despierta;

todo son muñecos, todo es aventura

y en este planeta que molda en la casa,

su observatório és la ventana abierta.

Teressa adormece y el tiempo hace pausa.

Las adas y duendes giran sobre ella,

los niños de ensueños le toman las manos,

la vida, en su día, se torna más bella.

Duérmete mi niña de rúbios cabellos,

mi angelito claro y pequeño diablito,

que la noche es larga y hasta mañana,

jugarán contigo otros angelitos.

Belém, 19.09.2001

(à T.D.F.de P.)

Gaby Faval
Enviado por Gaby Faval em 16/01/2012
Código do texto: T3443293
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