EL LORO Y LA VECINA

Cuando la vecina pasaba, el loro consentido de Saul siempre le gritaba sin piedad:

- Buenos días, puta!

Un día ella no aguantó más y reclamo airadamente a Saul, quien - a modo de castigar al loro por su mala conducta - lo pintó de negro.

Al día siguiente ella pasó por el frente de la casa de nuestro amigo y el loro, ahora pintado de negro, no dijo absolutamente nada.

La mujer, triunfante, lo provocó:

- Ahora estas calladito, no?

A lo que el loro, con aire de olímpico desprecio, respondió:

- Cuando estoy de smoking no hablo con putas!

(de autor desconhecido)

Kuaracy Xaman
Enviado por Kuaracy Xaman em 11/03/2011
Código do texto: T2842175
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