Sin tiempo para Dios
En las calles de los grandes centros de las ciudades, la gente pasa apurada, otros corriendo, citas programadas, y nadie tiene tiempo, ni siquiera para Dios.
Sin tiempo para Dios
En las calles de los grandes centros de las ciudades, la gente pasa apurada, otros corriendo, citas programadas, y nadie tiene tiempo, ni siquiera para Dios.