Conto nublar #105: LAS ADVENTURAS DE JUAN NADIE
Autoria e versão: Bosco Esmeraldo
Revisão e correção: Enrique Miguel Gimenez
Republicação Revista e corrigida
Cualquiera que haya tomado el trabajo de leer mis cuentos y ensayos, entenderá mejor lo que aquí describo.
A los 17 años, cansado de la opresión por la timidez, y aislado por la opción y conveniencia, era difícil para mi creer que yo era ese chico, hermoso, elegante y atractivo que muchos decían que yo era. Mi visita al espejo se limitó a detectar sólo mis defectos físicos, imperceptibles o inexistentes, pero lo menos que yo encontrara, se convertiría en el villano de la historia y la justificación de mis sentimientos de baja autoestima.
A los 18 años, estudiando en Crato, CE, Brasil, dormía en la casa de mis tíos. Fue realmente genial. Por la noche nos sentábamos en la esquina y contábamos cosas, chistes y tocaba la guitarra. Me gustaba tocar y cantar mis canciones. Detrás de mi guitarra y ocultado por la penumbra del crepúsculo , me escudaba detrás. Fue muy divertido. Pero después, la timidez abrumadora, me castigaba.
Fue allí que por primera vez que dibujé mi personaje "Juan Nadie (DN)." Todo lo que no me gustaba, jugaba sobre el pobre DN. La fealdad que pensé que yo tenía la lancé sobre él. Pero también, todo lo mejor de mi, yo presté a DN. Él de tonto sólo tenía la cáscara. Los amigos de DN no se preocupaban por su fealdad física, porque nadie lo veía por afuera, porque su interior reflejaba como el sol. DN no era egoísta, le gustaba ayudar a los demás y el bien común del grupo era su prioridad.
El DN fue un gran éxito entre mis amigos y primos. Jodaísa era su fan número uno. Sin darme cuenta, era una especie de auto-terapia. Él me enseñó mucho sobre como lidiar con mis debilidades, desafíos, etc. Poco a poco, al intentar crear los argumentos para la próxima historia, al enseñar a resolver los conflictos de DN, era yo quien estaba aprendiendo de él. Fue difícil de soportar la presión del grupo en querer leer el siguiente episodio. He creado el cómic en mi cuaderno de dibujos y ellos disputaban por su turno para leerlo. El DN fue conquistando a los niños, y ya no podía jugarle al pobre mis traumas . Pero realmente creo que él mejoró y mucho mi autoestima hasta el punto de reflexionar en el personaje, sin darme cuenta que era mi espejo para reflejar mi interior.
Don Nadie ha dejado de existir cuando tuve que cambiar de Crato para Salvador - Bahia. Con él, parte de mis miedos también. Estoy pensando: "¿Cómo puede un simple personaje que creamos, tener el poder de convertir a alguien tan profundamente?" Creo que sus ideas positivas y constructivas son la respuesta. También creo que si se tratara de ideas oscuras, sin duda influirían negativamente en mi carácter. Me alegro de que pueda decidir qué pensar, y elegir entre el bien y el mal, y hacer lo que es bueno y edificante.
¡Alabado sea Dios!