EL CERVANTÊS POR UNA NOCHE
De entre esta tierra estéril, derribada,
Impossível terreno de pensamentos agudos,
destos terrones por el suelo echados,
onde há vastidões de lanças e de escudos,
las almas santas de tres mil soldados
inquietos, repousando ao fim da boa batalha,
subieron vivas a mejor morada
como pássaros de Francisco de Assis, como palha,
siendo primero, en vano, ejercitada
(como se fora levada leve ao firme vento)
la fuerza de sus brazos esforzados,
achando então a água, o descanso e o frumento,
hasta que, al fin, de pocos y cansados,
fiéis à nobreza da rude estampa da cavalaria,
dieron la vida al filo de la espada,
mas não viveram a menos nem um dia.
Y éste es el suelo que continuo ha sido,
no meio de tanta obra assim arquitetada,
de mil memorias lamentables lleno
em que se pode narrar um solilóquio ameno
en los pasados siglos y presentes
à memoria dos soldados que descansam combatentes.
Mas no más justas de su duro seno
à Vitória nunca suficientemente enaltecida
habrán al claro cielo almas subido,
cercadas de anjos retornando-lhes ânimo à vida,
ni aun él sostuvo cuerpos tan valientes,
que já não possam agora ser distintos e tementes.