Cartagena y el mito de la poesía
En las dos reuniones, tanto experimentados como principiantes, todas y cada una de las personas tienen la oportunidad de intercambiar, aprender, enseñar, escuchar, hablar, proponer, revisar, ejecutar, alegría y aplausos. Es un verdadero punto de fusión, en la que se acoplan instituciones de la memoria y de investigación, museos, estaciones de radio, las universidades, los niños y jóvenes alumnos de escuelas de la ciudad, las empresas, los gobiernos
locales, estatales y nacionales; así como también a un público que frecuenta en busca de la poesía, la música y eventos culturales gratuitos que se ofrecen.
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Por: Valdeck Almeida de Jesus
Traducción: Jorge Montenegro Ballesteros
He visitado la ciudad de Cartagena desde 2013 para participar en el Parlamento Internacional de Escritores y seguirlo más recientemente, también el Parlamento Joven. Y en la estadía de una semana al año, hago recorrido de imágenes, manteniendo los olores en la memoria, haciendo un estudio de todo lo que veo de nuevo, de experimentación: los sonidos, el idioma, la comida, el clima, la arquitectura, el transporte, la seguridad ... en bolsas de experiencia, cada sujeto y el evento se enlazan, siempre me refrescó y tengo el deseo de mantener las reuniones, los desacuerdos. Después de todo, la vida se teje así, de punta a punta, sin cronología o una receta.
En 2016 regresé a Colombia de nuevo, con los ojos y los oídos un poco más precisos, más habituados, tratando de aprender más y más. Y aprendí. El Parlamento Internacional y el Parlamento Joven de escritores de Colombia y del mundo, es un lugar que trasciende fronteras, idiomas, edades y géneros literarios o artísticos. Además
de casi un centenar de artistas de la palabra; artistas visuales, músicos y artistas, acudieron a la Meca de la Literatura, Cartagena, personas de diferentes sensibilidades, cuyas mentes, almas y cuerpos militan todos los días a favor de las artes y de los derechos humanos, la libertad de expresión, la paz, la inclusión social, el respeto por la diversidad y contra cualquier tipo de discriminación.
En las dos reuniones, tanto experimentados como principiantes, todas y cada una de las personas tienen la oportunidad de intercambiar, aprender, enseñar, escuchar, hablar, proponer, revisar, ejecutar, alegría y aplausos. Es un verdadero punto de fusión, en la que se acoplan instituciones de la memoria y de investigación, museos, estaciones de radio, las universidades, los niños y jóvenes alumnos de escuelas de la ciudad, las empresas, los gobiernos locales, estatales y nacionales; así como también a un público que frecuenta en busca de la poesía, la música y eventos culturales gratuitos que se ofrecen.
El circuito es muy amplio, pero sin que les falte el aliento para moverse por la Ciudad Amurallada, también conocida como la Ciudad Vieja, escuchar conferencias y exposiciones, estudios
literarios y varias presentaciones en el Colegio Mayor de Bolívar, Teatro Adolfo Mejía, Casa Museo Adolfo Nuñez, Restaurante Las Indias, Plaza de Trinidad, Parque del Centenario e incluso en el mismo hotel Stil Cartagena, donde la compañía se encuentra, comer, beber café, el sueño, el descanso y también participar en las reuniones culturales, conferencias de prensa y charla, veladas bajo la luna al final de la noche, intercambio de tarjetas de visita, intercambio de libros y así sucesivamente.
Nombrar a cada evento, describir cada escenario y cada atril; realmente sería un gran placer, pero tomaría hojas y más hojas, que ya entonces lo haría el verdadero tamaño y la profundidad de lo que ocurre en los cuatro días del parlamento. Tantas emociones, alegría y lágrimas de felicidad, apretones de manos, abrazos; todas las sorpresas y cada una opresión en el pecho cuando recordamos que el tiempo para ir se acerca. Y yo, me siento un extranjero, porque en realidad lo soy, que no domina el idioma, y que no me gusta ciertos sabores y olores, me estoy enamorando más y haciendo la disminución de la frontera entre Bahía y Cartagena, entre Brasil y Colombia. Y esta vez oí, antes de iniciar la presentación y lectura de mi libro de poemas "Ruta 66: amores y dolores de un poeta", el altavoz, el Presidente del Parlamento dijo que "Valdeck Almeida Jesús es casi uno de nuestros hijos, de nuestro parlamento".
Entonces, sí, ya me emocioné aún más y me sentí halagado por toda la acogida que recibió siempre el respeto y el afecto que Joce Daniels y el equipo del Parlamento me ha brindado. Delfin Tejada hizo una entrevista conmigo, en vivo para su programa de radio. Un día más tarde, Jorge Montenegro Ballesteros, Fernando Chelle y yo habíamos visitado dos escuelas de Cartagena, dirigidos por Gonzalo Alvariño, donde leímos poemas, hablamos de nuestra pasión por la literatura, como empezamos y los caminos que se deben seguir por aquellos que desean escribir. Hablamos de amor.
Entonces, sí, ya me emocioné aún más y me sentí halagado por toda la acogida que recibió siempre el respeto y el afecto que Joce Daniels y el equipo del Parlamento me ha brindado. Delfin Tejada hizo una entrevista conmigo, en vivo para su programa de radio. Un día más tarde, Jorge Montenegro Ballesteros, Fernando Chelle y yo habíamos visitado dos escuelas de Cartagena, dirigidos por Gonzalo Alvariño, donde leímos poemas, hablamos de nuestra pasión por la literatura, como empezamos y los caminos que se deben seguir por aquellos que desean escribir. Hablamos de amor.El amor y el afecto que el Parlamento tiene para cada visitante. Tanto los más conocidos y famosos, como principiantes, reciben la misma atención y el espacio para expresar sus ideas, y las orejas atentas a los discursos, exposiciones, lecturas. Cartagena, es decir, una ciudad de Poesía, que ni siquiera necesita sal, condimentos, olores, o la playa, o el transporte, o la arquitectura, ni nada de existir, ya que la mayor riqueza y expresión de la ciudad es el espíritu de la poesía que circula a través de cada calle, plaza, esquina… Allí se respira y se inspira, la inspiración fluye en los arroyos, la mayor musa es la palabra misma técnica, que se une a todo y domina lo elegante y majestuoso.
La peor parte de Cartagena es dejarla... En el momento de salir si siente apretones del corazón, los ojos se llenan de lágrimas, el
cuerpo y su deseo todo lo aprieta, nos hizo sentir realmente un extranjero que no tiene más remedio que regresar a su tierra, aunque de mala gana. ¡Pero yo creo que incluso con este tiempo, será amable conmigo, porque yo tengo la intención de volver a menudo, vivir y tal vez morir en Cartagena!
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