Lonchera de la mochila verde: capitulo II y capítulo III

Lonchera de la mochila verde: capitulo II

El primer día que desapareció la lonchera, la niña desconfió que algunas de sus amigas habían comido el delicioso lonche, no lo pudo creer, pues tal fue su indignación que reclamó y amenazó en contar todo a la tutora Lady Rivera:

- Niña E.: ustedes son unas conchudas, ya van a ver, si sigue así, le voy a contar a la profesora.

- hubo un silencio, nadie entendía, solo algunas risas irónicas que insistían querer ser oídas.

Al otro día sucedió lo mismo, el pan con queso y la limonada habían desaparecido,

Al tercer día de nuevo, entonces la Niña E, espero una clase con la tutora y decidió reclamar:

- Niña E.: profesora todos los días algunas conchudas están comiendo mi pan y mi jugo, ya no aguanto más!!!

- Profesora Lady: (haciendo voz de boba) “profesora todo los días están comiendo mi comida”…..OOOYYE TREMENDA MAMAPANCHA RECLAMANDO COMO UNA CHIQUILLA! Ya estas grande para estar reclamando eso.

- Fulanas del bien: Ajajajajajajaja – ya ves – ya ves – jajajajajajaja….

- Niña E: (quedo en silencio forzado, roja de rabia, humo salía por las orejas en cuanto observaba a las fulanas como señal de venganza).

Entonces a raíz de esto, robar la lonchera de la mochila verde se tornó una rutina, 15 minutos antes del recreo…

Lonchera de la mochila verde: capitulo III

Un jueves, la Niña E. preparó una limonada con laxante y un sándwich con mucho ají, ese día sinceramente la niña se vengó; viernes no fueron a clase algunas colegas.

Aunque sentimientos malos no hacían parte de la Niña E., tanto que los siguientes días ella llevaría al colegio dos o tres sándwich para compartir con las fulanas del bien.

La Niña E. nos enseñó que las bromas tienen límites, que compartir es bueno (pidiendo, dando y no quitando)… que en la vida hay males que por bien valen, que en la vida no se puede nadar contra la corriente, que los problemas existen para encontrar soluciones, que en la guerra es mejor tener a tu enemigo como aliado... y que la amistad perdona todo. Gracias Niña E y por cierto perdón porque algunas veces yo también comí de tu pan sin pedir.

--(historia de 1994)--