VUELO
El avión completó el aterrizaje. Los motores se apagaron. Sean Bienvenidos, anunció el Capitán. Después de trámites de inmigración y la formalidad de la recogida de equipajes, Benjamín ultrapasó la puerta de salida. Paró e hizo notar el ramo de flores rojas que traía en la mano derecha, después de 12 largas horas de viaje, mas no sonrió. Los motivos, esperados, de alegría comenzaban a se marchitar. En lágrimas se convirtieron las flores. Tristezas inundaban su corazón cuando escuchó por los altavoces: "Señor Benjamín comparecer al balcón de informaciones ". Fué. Alli leyó el mensaje del cual era destinatario: "Antes de tu vuelo llegar el mío partió. Nos vemos en la eternidad, hasta allá vive feliz". Un remolino de angustias lo envolvió y lo fue subiendo, elevando y subiendo ... las nubes fueron quedando atrás y el cielo pasó a ser el destino de su nuevo vuelo.