El mejor vino es el que te da placer ...
Consejos para un hombre delirar con media taza de vino ...
Antes de cualquier cosa, observe su disposición!
Separe sus momentos en botellas, barriles y barricas; y jamás dejes que el tiempo se rellene en una gran dorna. ¡Después, busque si la temperatura le agrada! El placer no requiere ambientes extremos, incluso cuando se utiliza el calor como metáfora ...
¡Asegúrese de que la atmósfera no le hará sudar excesivamente, o comprimir sus nervios en una nevera invasiva! La cava debe albergar solamente las causas de los que buscan el verdadero placer, y después de alcanzarlo, libre de las anotaciones ...
Busque adaptarse de modo a levante su vid, para que ella le presente con un sumo soberbio, y sepa que quien lo prueba, aun cuando en mosto, desdobla el logro; y muchas veces el choque derrama en la cara, irrumpido impetuoso derivando alboroto y lagrimeando los poros y revirando los ojos ...
¡El placer después del vino es algo sin tesis! Algo que madura una vida, y que se sumerge en segundos, en una calmaria tan asombrosa, que la piel transpira, los brazos tiemblan, la boca seca, el corazón late, y la cabeza atiende un fuego inhumano que insiste en no parar de quemar!
¡Beba y mire fijamente la copa, sus contornos, su forma medial ...! Se suelte para recibir el efecto dominante de la corteza, y la argucia del tálamo; y que no se detenga a actuar hasta que el placer surja ...
Los mejores vinos no se elaboran, los descubrimos después de las uvas frescas, sanas, nativas de maderas sanas; y cuando más maduro lo es; cuanto más bien cuidado, menos posibilidades de variar vinagre ...
Una boca no puede experimentar un solo vino, pero cuando encuentra la casta sensata, afirman los docentes en amor que, no sólo la boca, vicia, acetina, hipnotiza! Y cuanto más placer el vino te da, sensacionalmente, él vincula y te eterniza ...!
Si me preguntaran ahora, ¿cuál es mi mayor deseo? Sin parpadear, diría: - Quiero media taza, oyendo campanas; en ese mismo lugar, para con esa doncella celebrar, porque un buen vino y una buena novela, son poesías de bodega.