EL SÍNDICO Y EL PORTÓN FANTASMA
EL SÍNDICO Y EL PORTÓN FANTASMA
Douglas Lara
Y en aquel condominio uno de los portones del garaje era encontrado casi siempre abierto. Se desconocía el motivo; a lo mejor que se llegó, era que uno de los dispositivos que cierran los carros debería estar en la misma frecuencia del control remoto causando la abertura no deseada de un determinado portón. El síndico era avisado, casi siempre, que llamaba al técnico electrónico que venía al condominio y no descubría el motivo del vaivén del portón.
El guardia del turno nocturno, a pesar de no creer en fantasmas - colocaba el portón en ‘manual’ - teniendo por lo tanto el trabajo de abrir él mismo para todo y cualquier inquilino que llegase un poco más tarde. De esa forma, evitaba el riesgo de que el tal portón quedara horas abierto durante la noche, con los posibles riesgos que eso podría traer,
Las reclamaciones eran frecuentes y el pobre síndico no sabia el por que, sin ser solicitado, el portón abría y cerraba entre 10 y 22hrs. La situación quedó crítica cuando a pesar de moderno un día el portón se cerró cuando una inquilina estaba saliendo dirigiendo su carro y como resultado la pintura fue rayada. Gran barullo, discusiones académicas, de quien es la culpa – sin embargo, a esta altura no solamente el síndico – si no un gran número de inquilinos ya creía en que el portón tenía algo a ver con aquellas cosas del más allá. Al día siguiente el portón en el horario de siempre volvió a abrir y cerrar, al día siguiente el técnico caza-fantasmas hizo una última tentativa: cambió la frecuencia y el portón paró durante más de una hora. Solo funcionaba con el control remoto debidamente modificado. Eran diez y seis horas, el síndico, el funcionario da manutención del predio y el técnico sabían que a partir de aquella hora comenzaría la llegada de los inquilinos al condominio y que nuevo bullicio sería creado.
EL técnico electrónico ajustó nuevamente la frecuencia.
Y el abre y cierra del portón volvió.
Se llegó entonces a la siguiente conclusión: eso debe ser broma de algún joven. Sin embargo en solo dos departamentos se encontraban inquilinos, la madre y una pequeña niña. El síndico fue a preguntar a una de las inquilinas si ella tenía un control remoto en el departamento. La respuesta fue no, normalmente dejamos el control en el carro y el Juan salió con el carro.
Ahí, el síndico fue al otro departamento e hizo la misma pregunta. Dijo que estaban probando una vez más el portón y necesitaba de un control para rehacer el teste. La madre no tuvo dudas y pidió para la hija para ir a buscar el control que fue inmediatamente cedido.
El vaivén del portón fantasma, cesó. Posteriormente se descubrió que a la niña le gustaba quedar apretando incesantemente el controle remoto para ver la luz roja encender y apagarse...
A pesar de todo haber vuelto a la calma y el portón funcionar solamente cuando accionado, si la situación vuelve tendremos que creer que las brujas realmente existen.
Douglas Lara