Niñas madre de niñas
Hoy en día, ya está casi banalisado en todo el lugar, la iniciación sexual de jóvenes cada vez mas temprano. Ya no se sabe mas cuando empieza la vida adulta y termina la infancia.
La modernidad está tratando de borrar la frontera entre la niñez y la madurez. De pronto, miramos en las calles de toda nuestra América Latina a chicos de 15 años o menos con niños en sus brazos, y lo peor, niñas de 14 para menos ya embarazadas.
Ya no se extraña se oirmos decir en el noticiero que una niña de 11 años se quede embarazada, pues el sexo precoce está tan en volga, que nada más sorprendenos . ¿Pero qué la sociedad puede hacer para no dañar la vida de esas desdichadas, venidas muchas veces de una familia pobre y violenta, desamparadas y desprotegidas de todo el mal de la actualidad?
Primeramente, debese cambiar algunas costumbres que hay en el seno de casi todas las familias, como: dar total libertad a los varones y tareas domésticas a las chicas. Cuando una pareja suele tener dos hijos de sexo distintos, se suele sobrecargarlas con inumeras tareas de casa, trabajo que debería ser hecho por sus madres. Esas prácticas van internalizandoles en sus mentes responsabilidades que no son para ellas, y sí para una hembra adulta. Darles responsabilidades es convertirlas en mujeres antes del tiempo.
En cambio, los chicos juegan y siguen jugando hasta la adolescencia. Crecen, desarrollan sus formas, pero siguen siendo pives, aun con apariencia de hombres. Eses van disfrutando sin límites de aventuras , tanto en los juegos deportivos, cuanto en el placeres carnales.
Van naciendo dentro de sus cuerpos fuegosos el deseo por el sexo desenfrenado, y del día para la noche, convertirviendose en padres precoces.
¿Pero, quiénes son los culpables? Por supuesto, son los mismos padres que no supieron imponer límites a ellos, principalmente sus padres, que veen en ellos sus espejos perfectos. Mientras a ellas van dándoles todas las obligaciones como:lavar los talleres, ropas arreglar las habitaciones, mientras sus madres trabajan afueras por todo el día. Algunas, además ,preparan la comida, convertiendose en verdaderas empleadas.
Con todo eso, no sobrales tiempo suficiente para mantenerse niñas. Es deber de las madres cuidar de las tareas domésticas, no de ellas, vuelvo a repitir.
Sería mejor que las mujeres casadas dejasen de trabajar en las oficinas para dedicarse más a sus princesitas, pues están perdiendolas para el mundo. Y dejandole de hacerlo, jamás podran recuperar el tiempo perdido, pues solamente se es niña una vez.