O absinto, de Paris ao tango
El francés en el tango: pernod
l pernod es una bebida fuerte y amarga proveniente del ajenjo. Hay varios tangos que lo mencionan, nombraremos tres clásicos: “El choclo” («Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina…»); “Siempre París” («Y así el pernod y el strip tis-medio cocotte y actriz-y los barbudos sin razón,¡y el mal de Koch, París!») y “Aquellas farras” ("Siglo de oro de ese tiempo en que el ñato Monteagudo, borracho de pernod, se quiso suicidar…»).
Larga es la relación del Pernod con nuestra música ciudadana, y más larga aún la historia de esta famosa bebida de origen francés.
A fines del Siglo XVIII un médico francés llamado Pierre Ordinaire, exiliado en Suiza, recetaba a sus pacientes una pócima de su invención que llamó elixir de absinthe, hecha sobre la base de la conocida hierba amarga llamada popularmente ajenjo (artemisa absinthum). Después de su muerte comenzó a explotarse comercialmente por los herederos de la receta y en 1797 llega ésta a manos de un grupo de comerciantes entre los que se contaba Henri-Louis Pernod. Comenzó a venderse en tiendas de licores como aperitivo-digestivo y resultó un éxito. Pernod se emancipó de sus socios y se instaló en Francia.
En la capital francesa tuvo su apogeo a finales del XIX y principios del XX. Se calcula que en 1910 se bebían en Francia más de 35 millones de litros de absinthe por año. Había ya cerca de 200 fabricantes, pero la principal marca era el Pernod, que además de ajenjo contenía hinojo, enebro y nuez moscada.
Larga es también la lista de personas famosas que se declararon bebedores de Pernod, desde Edgar Allan Poe y Jack London hasta Paul Verlaine, Vincent Van Gogh y Paul Gauguin.
El tango, que hacía furor en Europa en el primer cuarto del Siglo XX, se ocupa extensamente de esta bebida. Desde “Copa de ajenjo”, de Canaro y Pesce, a tantos otros que hacen referencia a ese licor, ya sea con la denominación de origen: ajenjo, con el apodo de suissé y especialmente con el nombre de la marca comercial que le dio fama mundial: Pernod.
La referencia más emblemática es, sin duda, la de Discépolo en la letra que escribe en 1947 para el tango de Ángel Villoldo “El choclo”. Porque al decirnos que «en un pernó mezcló a París con Puente Alsina» resume en un solo y grandioso verso toda la sólida y eterna relación de nuestro tango argentino con la Francia que le dio su patente artística internacional.
Otros dos tangos rescatamos de los muchos que evocan la famosa bebida en sus letras. El ya citado anteriormente “Siempre París”, de los hermanos Expósito, y “Aquellas farras (Argañaraz)”, con la letra que en 1930 le puso Enrique Cadícamo al viejo tango de Roberto Firpo “Argañaraz”.
Del libro: El Francés en el Tango, Proa Amerian Editores, 2011.