EN EL AMANECER
Siento soplar en mi rostro el viento de la libertad
Para no dejar moriir las llamas de la esperanza,
De la fe, de la inspiración y de la serenidad
Que ahora me ayudan a camiñar en bonanza.
Hoy quiero vivir sin los viejos temores
Como una aquila volando por los cielos
Y que viaja victoriosa sobre sus dolores
Que siempre arrestan el alma con pesados hierros.
Un nuevo sueño en un hermoso amanecer
Me hace fuerte para no caer
En las tenieblas de la desesperación.
Una nueva historia para contar
Es lo que me hace de los frutos probar
De la alegria y del placer sembrados en el corazón.