La flor de Guernica

Aún bien me acuerdo del día

en que mis propios ojos apreciaran

la famosa obra de Pablo Picasso,

junto a mi amigo Juan, en Madrid,

en el Museo Nacional Reina Sofía.

Más que simplemente una pintura,

a juzgar por sus dimensiones

¡pues ocupa toda una pared!

poseyendo infinitos significados

más allá de lo expresado.

El pintor supo eligir

el negro y gris,

porque si fuera de color

¡le faltaría tinta roja!

Retrata horrores,

transmite dolores,

se escuchan gritos,

se sienten agonías,

conduce reflexiones.

Se ve cuerpos en trozos,

personas y animales

suplicando socorro inútilmente,

delante de la muerte inminente.

La peor escena exhibe

una madre llorando, gritando

con el niño muerto en sus brazos…

Todo tipo de sufrimiento y dolor,

retratado muy claro,

en intencional fondo oscuro,

negritud total y fatal.

Sin embargo,

en medio de tanto dolor y confusión,

¡todavía hay esperanza!

En la misma obra,

se puede observar también

una mano que lleva una flor,

que no está marchita,

pero viva, de pié,

irradiando confianza.

Por peor que sea el sufrimiento,

mientras se resiste,

habrá siempre esperanza.

(Una vez más, agradezco profundamente a mi amigo José Luis Otal Campo, por la imprescindible revisión, las sugerencias y las “clases de poesía y cultura española”.)

Catalão, 10/05/2009

Hélio Fuchigami
Enviado por Hélio Fuchigami em 13/05/2009
Código do texto: T1591576
Classificação de conteúdo: seguro
Copyright © 2009. Todos os direitos reservados.
Você não pode copiar, exibir, distribuir, executar, criar obras derivadas nem fazer uso comercial desta obra sem a devida permissão do autor.