PERTINENCIA

Siento tristeza y sumergido en un vacuo

trato, sin suceso, de apagar mis lágrimas

porque me duele ver como ella se muere

y yo nada hago (inexplicable), por salvarla.

Quién lucharía contra la fuerza del amor

de ella cuya grandeza deslumbró a tantos,

en especial a mí que lo viví con intensidad

y hasta siempre pienso en sus caricias.

La recuerdo, aunque desde muy lejos, y

suspiro por las bellezas pictóricas que

la colman, destaco aguas y voluptuosidad.

En ellas me bañé con delirio y goce,

mientras laderas bellas eran contornos,

delineados, en que encontré el placer.