PARAÍSO

Alas pondría a mi amor si con eso pudiese pronto

llegar a ti y con toda la cándidez de tu abrazo

irme de nuevo a los momentos que con cariños

guardabas mi alma entre tus firmes barrotes,

dejándome admirado con la ternura del encierro

e incapaz de planear una huida para otro.

Estando allí salir no seria más una posibilidad pues,

se mezclan realidad y aquella perpetua fantasía

de me sentir amado, realizado en toda la grandeza de

mi masculinidad bajo la posesión de tus fuerzas,

tan adorables como profundas, fuentes de toda

la felicidad que es delirio por añorada.

En fin, ese vuelo emprendo toda noche para estar

en ti, mi paraíso, donde yo reino viril y absoluto.