¡ ¡ ¡ GRITO ! ! !
Reclamó el alma,
Respondió el corazón.
Los ojos nada veían.
Y la mente rechazaba.
Las manos empezaban a escribir.
Y los ojos las condenaban.
Al que el corazón respondía:
¡Para!...! ¡Para!... ¡Para!...
La estupidez habló más fuerte.
Y las palabras saltaban,
mientras los ojos juzgaban,
y las manos condenaban.
Ella se indignó.
Y a los ojos y a la mente respondió:
Ustedes me rechazan !
Pero que es muy fácil,
Presenciar todo callados!!!
Aquello en que los límites habitan,
¿cuántas veces ya vieron?
Las tristezas, los dolores, las alegrías,
saltando de sus negros ojos verdes?
Y con las fuerzas,
que traigo en mis manos.
Escribí tus sentimientos.
Tus pensamientos.
Que saltaron a los ojos.
Muchas veces me pediste,
que todo estuviese
Danzando en el aire.
Ahora, recházame, porque escribo,
¡¡¡LOS DOLORES DE MI ALMA!!!
Reclamó el alma,
Respondió el corazón.
Los ojos nada veían.
Y la mente rechazaba.
Las manos empezaban a escribir.
Y los ojos las condenaban.
Al que el corazón respondía:
¡Para!...! ¡Para!... ¡Para!...
La estupidez habló más fuerte.
Y las palabras saltaban,
mientras los ojos juzgaban,
y las manos condenaban.
Ella se indignó.
Y a los ojos y a la mente respondió:
Ustedes me rechazan !
Pero que es muy fácil,
Presenciar todo callados!!!
Aquello en que los límites habitan,
¿cuántas veces ya vieron?
Las tristezas, los dolores, las alegrías,
saltando de sus negros ojos verdes?
Y con las fuerzas,
que traigo en mis manos.
Escribí tus sentimientos.
Tus pensamientos.
Que saltaron a los ojos.
Muchas veces me pediste,
que todo estuviese
Danzando en el aire.
Ahora, recházame, porque escribo,
¡¡¡LOS DOLORES DE MI ALMA!!!