Rosa, a la que canto...
No la de ayer
Ni la del abusivo halago del presente
La en pérdida y riesgo, la en apuesta mortal
Y preferida rosa
Anhelada como esmeralda de los sueños
Infinita en su esplendor
De todos
Sin máculas
Ni afueras
Nunca resignada
Como erguirse y partir
Con ley de lo más lejos