SIN NOMBRE
Al escuchar este tango
punteado en el bandoneón,
lo siento aquí dentro del pecho,
pulsando en mí corazón.
Tan triste corazón,
de soledad casi muerto,
pues late así, descompasado,
con nuevo ritmo, más despacio,
y me duele como si mí pecho
estuviera abierto,
dejando sucios mis sueños
con la sangre de la desilusión.