Copenhague Zero Grau - Futuro Asegurado (versión española)
Vive sola con su hija. Tuvo a Christina a los diecinueve años, hasta conserva fotos del momento del parto. Jan estaba loco por ella, por la hija, pero era un tipo raro. Al final, la separación. Sin grandes problemas. No se habían casado nunca, no tenían papeles, como en gran parte de las parejas aquí. Se gustan, se estudian, se juntan, se enojan, se separan. El adiós aquí es fácil, sin tragedias, sin poemas, sin cartas desesperadas de perdón.
La niña tiene cinco años. Predestinada rubia, de ojos muy lindos, azules. Además es Aries, para que nadie le vaya a encontrar defectos. Lili la lleva al jardín infantil todos los días, a las ocho, y la busca por la tarde a las cinco, después de salir del trabajo. Muy corriente eso aquí, donde tantas madres, solas, tienen que cuidar de sus hijos y del trabajo. El trabajo de Lili es seguro, tranquilo, el dinero es poco por el porcentaje tan alto del impuesto... cuarenta por ciento, pero tiene que alcanzarle! Menos mal que salud y escuela son casi gratuitos por aquí.
Las tardes son tranquilas, hace la comida mientras Christina juega. Las cenas son frugales. No se come mucho en casa, hay que mantener la línea y también Christina debe aprender a no exagerar. Los niños tienen que educarse desde temprano. Algunas noches, Lili va al curso de inglés, otras al de danza. La abuela quiere mucho a Christina y siempre está bien dispuesta a encargarse de ella mientras Lili está afuera.
Lili no tiene muchas amistades, pocos le telefonean, menos la visitan. Su futuro es tranquilo y no tiene porqué ponerse a especular sobre él. La Sociedad del Bien-estar ya pensó por ella; el dinero de la jubilación será suficiente, piensa irse a vivir en Italia cuando esté vieja, la hija estudiará, el Estado garantiza la comida y la vivienda.
Cuando hay alguna fiesta, Lili tiene apenas que telefonear a la madre y ella viene a cuidar la niñita de los ojos azules. Tiene suerte, porque la mayor parte de los abuelos no hacen eso, no es costumbre. Lo que sí es costumbre en la generalidad de la población es andar en bicicleta. Aún los viejos, como la abuela de Christina, que llega a casa pedaleando, pedaleando, no solo para mantener la línea, hay también crisis de energía.
Con los hombres, Lili no quiere complicaciones. A veces, alguno le despierta el cuerpo, otro llega a iluminarle el corazón, pero si se entrega lo hace precavidamente, conteniéndose. En el fondo, en el fondo, Lili quiere formar el trío tradicional, pero dice que no. Christina puede vivir sin padre, ella cree. Basta con duplicar los cariños, los cuidados. Aunque tampoco está segura de creer en eso.
A veces sale por ahí y duerme afuera. En más de una ocasión creyó haber encontrado el hombre verdadero, pero fue siempre un engaño. Y a cada nuevo engaño aumenta su temor por los hombres. Será que no existe el verdadero?
A veces, en las noches, cuenta su dinero después de haber contado historias a la hija, controla el talonario de los cheques, la libreta de ahorros y el resumen del pago de cuotas de su pequeño departamento, condena de por vida.
A veces lee una novela o una historieta policial, después que Christina se ha dormido. A veces fuma en silencio, a veces oye música, a veces no tiene ganas de hacer nada, solo llorar. Pero si llora, no es hasta muy tarde porque mañana hay otro día y debe estar en el trabajo a las ocho y media.
(Copenhague, 16/07/1979)